jueves, 11 de junio de 2015

Quizá mañana.

Puede que sea mañana el día en que tenga que dar cuenta por todos los pecados cometidos.
Tendré que explicar por qué me pasé de soñadora y nunca luché lo suficiente por mis sueños; por qué he vivido tantas veces asustada y he cortado mis propias alas antes de echar a volar.
He superado la cuota mensual de amor no correspondido; y me toca pagar intereses por no odiar lo suficiente al mes. He tenido deudas que han dejado la cuenta de mi vida en números rojos.
Aposté por quien nunca valió un duro y dejé ir al caballo ganador. Decepcioné a quien siempre creyó en mí y le regalé disgustos, malos momentos y un sabor amargo para recordar.
Puede que mañana me den a elegir confesarlo todo, y pasar la eternidad lejos de aquí, bajo tierra o en el cielo. Y yo, indecisa, elegiré ahogarme con todo lo hecho y lo que quedó por hacer.



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