miércoles, 14 de septiembre de 2016

_

Intentaron convencerme de que no había mejor lugar para perderse que el azul de unos ojos. Y no lo pongo en duda, pero ni perderse en el infinito de ese mar superará jamás la calidez del cielo estrellado que encierra la oscuridad de tus ojos. Porque jamás me cansaría de mirarlos cada noche y encontrar cada vez una constelación distinta en la que refugiarme del mundo.

sábado, 3 de septiembre de 2016

En tierra firme.

Estaba acostumbrada a huir de una jauría de recuerdos e inseguridades que me perseguía a todas partes hasta que salté al vacío, sin miedo, con la certeza de que aquel sería el final porque hay heridas de las que nunca te puedes curar. Y justo cuando pensé que estaba todo perdido, aterricé en un bote salvavidas. Estaba viejo, desvencijado, a punto de morir, pero me dio esperanza y otra oportunidad en aquel mar de desilusiones.
Pero el bote se hundía y volví a sentir que me ahogaba, y cuando ya creí que todo acababa ahí,
el bote encalló en las piernas de tu isla desierta,
y yo, varada en la arena de tu boca,
me sentí por primera vez en tierra firme.